"Después de comprender que jamás me gustó la idea de que me obligaran a depilarme, decidí decir que no más, que a partir de ese momento yo decidiría cuando sí y cuando no"

11.12.2019

Entrevistamos a Paula F. Suffo (@paulicroack) sobre la depilación femenina

Silvia De las Heras

Conocí a Paula en una escuela de teatro, concretamente en la clase de teatro musical. Desde el principio me pareció una persona encantadora pero también comprometida con sus valores y con unas ideas muy claras. Es ilustradora, animadora, tiene una voz preciosa y toda una artista en general. Un día, durante el ensayo de baile, me di cuenta de que Paula no llevaba las axilas depiladas y lo primero que pensé fue "¡Que valiente!", pero acto seguido me pregunté por qué me parecía una hazaña tan grande el acto de no ir depilada y a plantearme muchos de los hábitos y prejuicios arraigados en nuestra cultura. Hoy, hemos podido hablar con Paula para preguntarle sobre su experiencia con la depilación y el resultado no nos ha decepcionado.

Como siempre, primero nos gustaría que contases a nuestras lectoras un poco a cerca de ti, tus gustos e intereses.

Soy Paula, tengo 23 años y llevo durante unos años trabajando como animadora y dibujante, pero a parte llevo de forma complementaria mi formación como músico y cantante. Le doy mucha importancia a tener la mente clara y con conciencia en lo que hago para tratar de llevar por el mismo camino esas dos grandes formas de expresar, tanto el dibujo como la música, pues a pesar de que parezcan muy lejanas la una de la otra, entiendo que todos los tipos de expresión artística siempre van de la mano (danza, fotografía, música, teatro...) y una se complementa a la otra para poder transmitir emociones, mensajes y conexiones.

¿Cuánto tiempo llevas sin depilarte y por qué decidiste hacerlo?

No tengo clara la fecha en la que empecé a hacerlo, pero sé que fue más o menos a los 19 años cuando mi mente decidió dar el cambio de chip (hace 4 años). Después de estar leyendo a otras feministas, teorías y de juntarme con mujeres con la misma preocupación. Decidí ver mi cuerpo desde mi propia visión, no desde la visión que me habían implantado desde pequeña; así que empecé a tratar de entender por qué pensaba de una forma sobre mis piernas, mis axilas, mi pubis... Y me di cuenta que realmente jamás me gustó depilarme, lo hacía por obligación y porque ''debía/tenía que'', recordé que siempre estaba más tranquila en invierno porque ahí podía taparme o no había necesidad de depilarse, todo era más cómodo; pero que cuando llegaba el verano tenía ciertos comportamientos repetitivos. Podía o bien taparme zonas que consideraba demasiado ''peludas'' a pesar del calor que tenía, podía no salir (a la playa o con amigas) por pereza a depilarme o podía depilarme rápidamente en el último momento (teniendo en cuenta las heridas que eso provocaba en una zona tan sensible). Por supuesto, veía que otras mujeres decidían optar por la opción del láser, pero yo no tenía el valor de pasar por una de esas sesiones y mucho menos el dinero para permitírmelas. Después de comprender que jamás me gustó la idea de que me obligaran a depilarme, decidí decir que no más, que a partir de ese momento yo decidiría cuando sí y cuando no.

Desde entonces, ¿has sentido algún comportamiento distinto por parte de tu entorno cercano?

 Sí, sobre todo al principio. Tenía claro que no iba a ser fácil sobre todo en zonas públicas, porque también toma parte la percepción irracional nuestra de que de repente todas las personas te miran, que puede ser cierto o no, pero al principio hay miedo en lo que te vas a encontrar cuando salgas, que al final solo fueron algunas miradas a las que conseguí restarles importancia. Lo que más me sorprendió es que fueron personas cercanas las que más se alertaron con mi decisión, personas que yo consideraba de confianza, entre ellas familiares. Se lo tomaron como una decisión bastante drástica pero yo siempre les insistía en que no era algo de lo que ellos tuvieran que opinar, que en ningún momento yo lo hacía para que ellos me dijeran qué les parecía, era mi decisión y ellos no formaban parte de ella. Se tomaron un tiempo para normalizarlo, pero poco a poco comprendieron mi punto de vista y lo dejaron estar. Por lo demás, simplemente te topas con personas que quieren saber cómo decidiste no depilarte, preguntas y miradas. Pero lo normalizo lo más que puedo para que desde fuera se vea que no hay ningún problema.

¿Has tenido algún problema con posibles parejas debido a este hecho?

He tenido bastante suerte en el tema de relaciones, puesto que por ahora, la única pareja que he tenido entendió desde el principio mi decisión y fue él quien estuvo insistiendo constantemente en que no había ninguna necesidad de que yo me depilará para mantener relaciones si realmente yo no quería. Fui yo misma quien más de una vez, de forma inconsciente, quise depilarme, porque me habían metido la imagen en la cabeza de una mujer perfectamente pulcra, suave y con una piel resplandeciente en la relación sexual. Sin embargo, gracias a que él me animo a entender que eso no era cierto, hace años que dejé esa idea fuera de mi mente. Obviamente, sé que esto es un caso en concreto. Sé de bastantes mujeres que han tenido casos en los que sienten miedo de no ser suficientes si no se depilan, más que nada porque hay un número considerable de hombres que dejan claro su deseo de que la mujer no tenga ni un pelo, y eso nos genera muchísima frustración y problemas constantes con nuestra concepción del cuerpo, todo por satisfacer a alguien que parece que no tiene ningún respeto por nuestra libertad.

En lugares como playas o gimnasios, ¿sientes incomodidad debido a que la gente se percate de que no vas depilada y te juzgue por ello?

Al principio sentía muchísima vergüenza, pero con el paso del tiempo le he restado importancia. Lo que sí quiero superar es poder ir a la playa de mi ciudad, puesto que allí hay personas conocidas y eso aún me genera cierta represión, sobre todo porque por parte de ciertos miembros de mi familia me llegan indirectas de tratar de taparme ''un poco'', algo que yo siempre les niego. Sin embargo, obviamente, si algo se repite de forma continuada al final te afecta mentalmente. Esto hace que en un sitio que debería ser mi hogar y donde yo me debería sentir cómoda, aún sienta dificultad en pasear por mi playa con tranquilidad de encontrarme a cualquier conocido/a sin tener que ponerme una toalla o adoptar alguna postura extraña que haga no mostrar tanto mi vello del pubis (pues el de las piernas me da exactamente igual que se vean con conocidos y desconocidos).

¿Crees que desde que no te depilas vas menos aseada?

Para nada, no depilarte no tiene nada que ver con que seas más o menos higiénica, a pesar de que sea una idea que contrasta bastante con lo que nos han vendido desde pequeñas. Es más, nuestros preciosos vellos están ahí por muchos motivos, entre ellos, evitan que entren bacterias en ciertos lugares que podrían causar infecciones y olores, por lo que podríamos decir que estamos siendo muchísimo más cuidadosas e higiénicas con nuestro cuerpo al natural.

A la hora de hacer deporte ¿te es incómodo el vello por el roce, por ejemplo?

No, lo único que he podido sentir es cosquilleo en las piernas, pero poco más. No me resulta nada molesto.

¿Por qué crees que las mujeres sienten tanta presión por ir depiladas mientras que los hombres no?

Es una idea que proviene de la sociedad machista y patriarcal en la que vivimos, es una idea que las mujeres tienen que soportar desde hace muchísimos años para complacer al hombre, se la implantaron a nuestras abuelas y ellas, con toda la buena intención del mundo, educaron a nuestras madres igual, y al final llegó a nosotras. Cuando se repite un mensaje de forma constante, la población se lo cree, y más una parte de la población que en su momento no tenía derecho a leer, estaba concebida como incapaz de comprender y que sólo servía para limpiar, satisfacer, dar amor y engendrar. Supongo que la industria de la publicidad y el capitalismo vieron una oportunidad maravillosa para empezar a vendernos productos que hicieran de nosotras un cuerpo resplandeciente y nosotras lo comprendimos así. De esa forma se nos metió en la cabeza que el hombre sí podía tener pelos, pero en la mujer era inconcebible, incluso entre nosotras no nos lo permitíamos. Al final, no paramos de ver cuerpos perfectos por todas partes, sólo hasta hace poco he visto un anuncio donde se mostraba vello en la axila de una mujer, pero poco más. Hace falta todavía un cambio en cómo los medios nos ven, porque sino la población va a seguir consumiendo una imagen errónea del cuerpo real y eso es problemático.

Bueno, muchas gracias por todo, de verdad. Tu experiencia es muy interesante y esta conversación ha sido muy enriquecedora, pero ¿te has quedado con ganas de contar algo más? ¡Esta es tu oportunidad!

Lo único que me gustaría decir es que toda mujer es libre de decidir qué hacer con su cuerpa. Es suya y sólo suya, tratemos de analizar los mensajes que nos han introducido, de localizar toda las actitudes y pensamientos automáticos que tenemos debido a nuestra educación machista y que sólo nos limitan; hay que localizarlo para desaprenderlo y volver a reeducarnos (cuando sea nuestro momento) a nosotras mismas y con la ayuda de otras mujeres a ver nuestro cuerpo como un templo perfecto que sólo precisa de nuestro amor, que nosotras somos las únicas con el poder de poner límites a lo que queremos y lo que no deseamos. Nuestra cuerpa es perfecta con vellos, estrías, sin vellos, con manchas, con arrugas, con granos, con más o menos pecho, con un tipo de vulva u otro, sin cabello, con el cabello rizado o liso, de un color u otro, con pecas o sin ellas, más altas, más gordas, más ancianas, más jóvenes... Todas tenemos nuestras preocupaciones, complejos e incluso distintos tipos de opresión, pero entre todas podemos apoyarnos, escucharnos y animarnos a encontrar ese punto donde seamos capaces de abrazar nuestra realidad corporal y rechazar todo mensaje destructivo y limitador que provenga de lo externo.


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