"Necesitamos una asignatura de educación sexual en la primera infancia" 

29.11.2019

Entrevistamos a Begoña Calle, fundadora de Luna y Yo, un espacio especializado en actividades para madres y bebés, que también se enfoca en muchas otras disciplinas como yoga, pilates, hipopresivos y método Laxmi para mujeres.

Silvia De las Heras

En cuanto llegamos al local de Luna y Yo, nos llama la atención el aire de tranquilidad que se respira dentro. 

Este se divide en dos partes. En la entrada principal hay una tienda en la que podemos encontrar multitud de artículos para el cuidado de los bebés, junto con una sala de espera y una pequeña cocina. Mientras, la sala de abajo, a la que se accede mediante una rampa, es un gran espacio acondicionado para dar las clases con cantidad de material para la práctica de las actividades. 

Nos sentamos con Begoña mientras tomamos un té caliente para preguntarle acerca de su experiencia durante estos 15 años dando clase. Además de ello, es Técnico de Animación de Actividades Físicas y Deportivas, ha realizado seminarios y talleres de suelo pélvico e hipopresivos, se especializa en yoga, pilates y natación dirigidos a la mujer, y recientemente ha cursado un Máster de Prevención y Promoción de la Salud Infantil de Yolanda González

En primer lugar, nos gustaría que nuestras lectoras supieran qué es Luna y Yo y por qué decidiste crear este espacio.

Luna y Yo en la actualidad es un centro de ocio infantil y familiar, hemos ido evolucionando y en cinco años ha acabado en esto. Se da cabida a niños y niñas, pero sobre todo a la conciliación familiar: desde cumpleaños, respetando siempre la infancia, y valorándola. También nos centramos en las madres, tanto en el embarazo como en el pos-parto y luego en pilates, siempre nos enfocamos en hipopresivos y en suelo pélvico. Abordamos siempre a la mujer en todas sus etapas. También en yoga, tenemos para embarazadas, para pos-parto, yoga Kundalini y Hatha yoga. Normalmente, el 90 por ciento en yoga son mujeres. 

Yo monté el centro porque trabajaba en un polideportivo como técnico deportivo y me especializaba en embarazadas, pero resulta que cuando me quedé embarazada yo, no había nada. Empecé a encontrar un montón de polémica porque cuando iba al médico me decía que no podía ejercitarme... Sin embargo, yo sentía que podía seguir realizando casi todas mis actividades habituales siempre y cuando fuera con precaución y evitando algunos ejercicios.  Así que decidí montar un centro para, sobre todo, embarazadas y pos-parto, y de ahí al final, como con esos dos tipos de mujeres no llenaba los horarios, empecé a ampliar a clases de pilates y yoga porque al final es lo que la gente demandaba. Se necesitaba que en las clases de pilates hablásemos de suelo pélvico para conocerlo y aprender a fortalecerlo. Algo bueno que hay aquí es que los grupos son reducidos, por lo que se habla con sinceridad y confianza. Al final, todas las mujeres, tienen problemas de suelo pélvico por una cosa o por otra, especialmente porque nadie nos lo ha enseñado, ya que hay tantos prejuicios en este asunto. 

Como has dicho, la gran mayoría de tus alumnas son mujeres, ¿sientes que hay algún punto en común que suele resultarles más difícil? (por ejemplo, la flexibilidad, la fuerza, la concentración...? ¿Y crees que esto se debe a un motivo físico o cultural?

Físico no es. Algunas mujeres, depende de como hayan utilizado su cuerpo anteriormente, si nunca han hecho deporte, es posible que haya cierta limitación física, pero rápidamente hay una adaptación y enseguida en un mes están a un nivel como la mayoría. Pero cultural sí, creo que hay un gran problema cultural y de prejuicios. No liberamos, por ejemplo, nos cuesta un montón soltar pelvis, el último día del mes hago danza del vientre en pilates para liberar pelvis y es increíble. Hay muchos prejuicios, tanto culturales como educativos, que hacen que a las mujeres nos cueste tanto soltar esta parte. Cuando realizamos distintos ejercicios, como contracciones de suelo pélvico, cuesta mucho y los primeros días noto hasta rigidez. Luego esto ya va soltándose cuando la gente empieza a tener confianza en el grupo y se va liberando, preguntando... Pero los primeros días casi nadie pregunta y se lo guardan muy para dentro. Creo que el problema es cultural y de educación, nos falta educación sexual en la primera infancia.

A raíz de esto, la UNESCO califica que la educación sexual "busca dar a las personas jóvenes el conocimiento, las habilidades, actitudes y valores que necesitan para definir y disfrutar de su sexualidad (física y emocional) individual o en relaciones". Sin embargo, en España, a diferencia de otros muchos países europeos como Francia, Alemania o Portugal, no se imparte esta asignatura. ¿Eres partidaria de que se ponga una asignatura de educación sexual en los colegios? ¿En qué lo has podido notar durante los años que llevas impartiendo clases?

Sí, yo creo que necesitamos una asignatura en el colegio y en primera infancia, no en el instituto porque ya vamos tarde. Porque es hablar de algo natural: estos son tus genitales, tienen esta función y esto te va a dar placer pero tú eliges quién te lo da. Es importante siempre establecer unas normas y unos límites, sobre todo con temas de edad para evitar los abusos. Si todo esto se habla con naturalidad, tiene que ser en la primera infancia, porque si no ya vamos tarde. Claro, también hay que involucrar a los padres porque si hay una asignatura de concienciación pero la niña al llegar a casa se explora y sus padres le apartan la mano y le hacen avergonzarse, va a acabar reprimiéndose. Del mismo modo, los niños saben perfectamente desde pequeños como se tienen que lavar los genitales, echando su prepucio atrás y no pasa nada, pero si es una niña la que se toca en la ducha, parece que hay un problema. Entonces sí, necesitamos una asignatura pero los padres también se deben formar en este aspecto.

En tu opinión, esta asignatura ¿debería ser optativa o curricular y obligatoria? Porque hay una gran parte de la población que aboga por el derecho a decidir de los padres pero; del mismo modo que un padre no puede elegir si su hijo aprende o no matemáticas, tampoco debería privarle de conocer como funciona su propio cuerpo y su sexualidad.

Definitivamente sí, creo que debería ser obligatoria. Esa mentalidad sobre la elección de los padres no se puede aplicar a esto. Claro que hay otras muchas cosas sobre las que se puede decidir, pero en este caso estamos hablando de tu propio cuerpo, lo mejor es que lo conozcas. Todo el mundo sabe las partes de su cuerpo, con la parte genital debería hacerse lo mismo y de la forma más natural posible. La sexualidad es un tema que va a estar presente en nuestra vida día a día, pero lo poco que se habla de ella es en lo referente al otro o a la penetración. Y al final va mucho más allá, el placer y el conocimiento de tu cuerpo: eso es lo que hay que enseñar.

Entonces, ¿crees que actualmente la poca sexualidad que se enseña es falocéntrica?

Claro, a una niña no le enseñan a lavarse, siempre pongo este ejemplo porque es el más sencillo y el más real. No le enseñan que tiene un clítoris, que tiene que echar un pliegue hacia atrás, que no se puede quedar nada, que tiene que ser con agua, y también, que eso le va a dar placer. En cambio, los niños saben perfectamente cómo lavarse, ya que a las madres nos lo dice el pediatra. De esto no nos hablan, y luego se empieza a decir que las niñas sufren muchas cistitis. Claro, si hemos convertido esto en un tema tabú. Entonces, la sexualidad, se debe empezar desde lo más básico: tu zona genital, tienes una vulva, tienen un clítoris que es un órgano y es de una manera, mucho más grande de lo que se cree además. Es interno, no solo existe la parte visible (el glande),  también se extiende por el interior de los labios mayores, del perineo y rodea el tercio inferior de la vagina.


A lo largo del tiempo que llevas dando clase, ¿has notado que hay mujeres con más de 30 años que siguen teniendo este desconocimiento o crees que es algo propio de la adolescencia?

Lo triste es que es en todas las etapas de la mujer. Me he dado cuenta de que hay desconocimiento desde la adolescencia pero que sigue habiéndolo en mujeres de 30, 40, 50, 60... Es más, en clase, mujeres de 60 me han dicho: "Uy, yo ya no" ¿Cómo que ya no? A cualquier edad tu sigues teniendo tu vagina y es parte de ti, entonces, si estás trabajando la espalda, tienes que trabajar ese músculo también. Y todavía, en matronas a la hora de atender en los partos, hay un desconocimiento brutal. Estamos hablando de la sanidad: matronas, ginecólogas... Hablan de que es normal tener pérdidas tras dar a luz. Esto no debería ser así, se puede hacer algo, trabajar esa musculatura. Es un tema tabú en todas las edades, y es una pena que sobre todo entre los adolescentes sea tan grande. 

En algunas de tus clases impartes actividades relacionadas con el tantra o el yoga Kundalini, ¿de qué se tratan estas prácticas y qué tienen que ver con la sexualidad?

El Kundalini es la raíz del yoga, se utiliza mucho porque la energía Kundalini es muy potente. Este yoga tiene unas directrices de las que los profesores no pueden salirse, no pueden cambiar las clases. Las series vienen dadas y se llaman kriyas, lo único que pueden bajar es el tiempo de cada postura. Estas pueden ser para desintoxicar el hígado, elevar el alma... Al principio se canta un mantra tres veces, Ong Namo Guru Dev Namo, y se termina con el Eterno Sol. Digamos que el lo más primitivo del yoga, hay gente a la que le encanta porque mueve mucha energía al cantar en sintonía con toda la clase y siempre al terminar la serie hay una relajación normalmente larga y una meditación guiada cantando un mantra y posicionando las manos en un Mudra. Normalmente las más primitivas suelen vestir de blanco con tejidos de algodón y lino, todo muy natural. Los más puros también llevan turbantes y barbas largas como la imagen del yogui típica. Básicamente el Kundalini es el yoga raíz y de ahí se han sacado muchas variantes, puede ser bailado, enfocado a la sexualidad... Al final todo sale de la gran cantidad de energía que mueve esta práctica, esto se traduce en conocer tu propio cuerpo, conectar cuerpo, espíritu y mente.

El tantra yo no lo conozco mucho, aquí han venido a dar clases otras personas y es muy parecido al anterior porque se enfoca mucho en la energía, la respiración y el ser muy consciente. Mediante este grado de consciencia y el control de la respiración se puede llegar a un orgasmo, que es lo más conocido. El tantra en el que yo estuve, estaba enfocado a las mujeres para liberar pelvis, así que tenía mucho movimiento de pelvis, basculación adelante y atrás y una respiración fuerte. Como te he dicho, lo desconozco un poco pero está muy enfocado a respiraciones, mantra y a la consciencia del propio cuerpo. La diferencia con el anterior en que en el Kundalini yoga son clases fijas, y aquí se va adquiriendo una conciencia progresiva. Se puede empezar desde una meditación o una relajación en todo el cuerpo y luego una meditación visualizando la parte genital. La sensación con la que salí no fue tanto como de placer, si no de empoderamiento. 

El segundo Chakra, conocido como Swadisthana, es conocido por ser el Chakra del placer y la sexualidad, ¿cómo funciona y cómo podemos conectar con este y con los demás puntos?

Para hablar del segundo, voy a hablar de los siete que hay para que se pueda comprender mucho mejor. Los Chakras se sitúan unos de otros a un palmo de la mano de cada uno, la proporción la marca tu propia mano.

El Chakra uno está entre ano y genitales, se llama Chakra raíz. Normalmente este no se suele tratar mucho por ser el más primitivo. Nos conecta con Tierra y se suele visualizar en color rojo. También tiene un aceite esencial y un mineral que lo potencia, cada Chakra tiene unos propios. Este es el que conecta cuando ocurren cosas, por así decirlo, sobrenaturales, acciones que son imposibles de hacer conscientemente. Por ejemplo, cuando una madre es capaz de levantar un coche cuando está a punto de atropellar a su hijo. 

El segundo está el pubis. Su color es naranja y es el de la sexualidad, el útero, la reporducción. El útero es conocido como un segundo cerebro, se utiliza para expulsar o reproducir. También ser asocia a la creatividad.

El tercero está en el ombligo, su color es amarillo y se relaciona con la digestión. Junto con el dos y el tres, conforman el Ego de cada uno.

El cuarto es el corazón, está en el esternón justo en medio del pecho. Su color es el verde.

El quinto está en la garganta, es el Chakra de la comunicación y su color es azul. Tiene que ver mucho con la expresión. Cuando a veces nos falla la voz o nos quedamos afónicos sin haber estado enfermos, puede ser porque nos hemos callado algo importante o porque quizás hemos hablado demasiado.

El sexto es el tercer ojo, situado en la frente, su color es el morado. Se relaciona con las ideas, con la mente.

El séptimo se encuentra en la coronilla, se relaciona con el blanco o con el ultravioleta y nos conecta con Cielo. Rige todo el sistema óseo, linfático...

Una vez sabido esto, podemos ver que al funcionar en conjunto, un problema o una idea entra por el séptimo Chakra, se piensa en el sexto, pasa por el quinto y lo comunica, lo siente con el cuarto, lo digiere con el tercero, y  cuando llega al segundo lo reproduce o lo deshecha. Por eso el Chakra del pubis es tan potente, porque su función es reproducir, no como madre, si no como creador. Cualquier pequeña idea o proyecto se saca de ahí y se le da vida, o, por el contrario, se expulsa. Toda esta energía tiene que fluir, en el momento en el que hay algo que no está conectado tanto físico, como mental o espiritual; hay un bloqueo. Si por ejemplo entra una idea, la piensas, la comunicas, la sientes pero no la digieres, ya no te llega al final. Muchas veces notamos que sobre todo cuando tenemos preocupaciones se nos cierra el estómago, sufrimos diarrea, estreñimiento...Así es como se bloquea y el Chakra dos se queda sin energía, esto suele pasar mucho, por lo que el segundo Chakra pese a ser tan importante suele presentar muchos bloqueos. Además, a nivel cultural hay mucha rigidez y tensión. Hay libros, hablando del parto, que afirman que en la cultura occidental los partos duelen tanto porque tenemos los úteros hostiles debido a los prejuicios y la contracción que acaba existiendo en esa musculatura.

Al fin y al cabo, los partos llevan existiendo desde el inicio de la humanidad. Hace miles de años no existía sanidad ni servicios médicos. ¿Crees que era muy distinto a como es ahora?

Había más unión. Es verdad que había más muertes en recién nacidos, pero también, de cierta forma se creaba algo bonito en torno a la mujer que va a parir, abrazarla entre todas, el canto y el baile de la propia tribu... Además, no se le quitaba el bebé, se le ponía encima e iban abrazando esa unión. Era algo más natural pero ahora hemos desconectado tanto que aislamos a la embarazada, la subimos a una camilla con un número y que hagan con ella lo que toque. También es verdad que las cosas están cambiando, yo mi segundo parto lo realicé en casa con matronas, ahora hay abogados especializados en violencia obstétrica para que por lo menos la mujer sea algo más que un número y tenga la capacidad de comunicar qué quiere. Todavía hay hospitales en los que se sigue procediendo a la vieja usanza pero por lo menos la ley, ahora lo tiene en cuenta.

Es cierto que esa violencia obstétrica es algo que está bastante normalizado. Muchas mujeres afirman haber recibido un trato incorrecto durante el parto y al final no se tiene en cuenta porque se justifica con que las embarazadas se ponen histéricas y hay que calmarlas.

En 2014 la OMS declaró que: «En todo el mundo, muchas mujeres sufren un trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud, que no solo viola los derechos de las mujeres a una atención respetuosa, sino que también amenaza sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y la no discriminación». 

Todo eso es denunciable y no se puede permitir. La embarazada es un ser humano y en ese momento está muy vulnerable, necesita que alguien que tenga un poco de humanidad le explique lo que le esta pasando, lo que va a pasar después y que la tranquilice. Lo ideal sería que la cogieran de la mano, pero bueno, eso ya es lo emocional que en esta cultura cuesta todavía.

Cada vez tenemos menos dudas de que las emociones influyen en nuestro cuerpo físico, un claro ejemplo de esto es la amenorrea hipotalámica (la pérdida de la menstruación en mujeres que se ven sometidas a fuertes situaciones de estrés durante un largo periodo). ¿Conoces algunas otras afecciones de este tipo? ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Conozco varios casos, incluso en el mundo de yoga que parece más espiritual también pasa. Hay mujeres que se pasan con estas prácticas y pierden el periodo. Pero al final es otra vez lo mismo, recuperar la conciencia en nuestra pelvis y conectar con nuestro cuerpo, con lo que nos está pasando. Tenemos que aprender a liberar el estrés y soltar lo que nos pasa porque al final se acaba acumulando ahí abajo. Ahora cada vez hay más terapeutas, como Carol Corrales que se especializan en problemas menstruales. Ella en concreto lo trabaja a través del baile, se llama terapia menstrual en danza espiral. 

La mayoría de estos casos, como dices se suele dar en deportistas de alto rendimiento ya que el cuerpo se ve sometido a tal estrés físico que elimina la capacidad reproductiva porque cree que no va a ser capaz de mantener otra vida. Al final es un tema hormonal, ya que ocurre muy a menudo en personas que físicamente aparecen estar muy saludables, no están demasiado delgadas y tienen un buen tono muscular.

En el caso de deportistas, también lo que ocurre es que mientras una musculatura está muy fuerte, la del suelo pélvico está debilitada porque un recto del abdomen potente debilita el suelo pélvico. Por lo que, aparte del problema hormonal, si esa musculatura está demasiado fuerte, acaba bloqueando la pelvis, provocando muchos problemas en el útero. De nuevo volvemos a lo mismo: liberar la pelvis. Bailando por ejemplo, o teniendo muchos orgasmos. Para liberar una pelvis lo importante es tener muchos orgasmos, esas contracciones uterinas hace que el suelo pélvico se contraiga y esté bien para que no dañe el ciclo.

Hablando de la menstruación, ¿estás a favor de las píldoras anticonceptivas? Ya que, al final lo que hacen es producir un ciclo artificial. Se consumen versiones sintéticas de estrógeno y progesterona para que no se produzca la ovulación. Cuando se produce el sangrado, no es una menstruación real porque no se expulsa ningún endometrio ya que no se ha creado. El sangrado solo se produce por la brusca caída de hormonas debida a las pastillas placebo que se toman los últimos días del ciclo.

Mi opinión es que realmente es una cuestión del patriarcado. Obviamente si alguien lo necesita porque tiene una enfermedad y un médico lo valora así, bienvenido sea. La medicina y la ciencia son estupendas y funcionan. Pero, si realmente se toma porque no se quiere usar un preservativo, que es lo que suele pasar en relaciones heterosexuales, volvemos a lo mismo. Estás sometiendo a tu cuerpo a algo sin necesidad porque te está produciendo un gran cambio a nivel hormonal que va a tener consecuencias tanto físicas como emocionales.

Son bien conocidos los efectos secundarios de las anticonceptivas, tanto físicos como mentales. Hace poco se empezó ha hablar de un anticonceptivo masculino que consiste en una inyección en los genitales cuya duración es de 10 años. Pero rápidamente las redes sociales se pronunciaron diciendo que no se debía hacer a los hombres pasar por eso. ¿Por qué las mujeres han estado cediendo tanto tiempo?

Al final siempre suele ser la mujer la que tiene que sufrir este tipo de cosas en silencio y en su propio cuerpo. En varios casos es el hombre el que se niega a ponerse el preservativo por su propio placer. Lo más grave es cuando lo hacen adolescentes, que en esa etapa poseen el doble de hormonas que van a tener en su vida, el cuerpo es una bomba y está cambiando mucho en ese momento y lo que menos necesita es otra bomba que no sabes por donde puede salir. 

Aún no hay nada concluyente, pero hay estudios que empiezan a cuestionarse si tomar anticonceptivas puede afectar luego a la hora de que una mujer se quede embarazada. Cuando se empiezan a estudiar estas cosas es que algo no cuadra. Es cuestión de ver hasta que punto nos empoderamos para saber si lo queremos o lo necesitamos por una afección médica o si realmente las estamos tomando porque nos lo imponen.


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