Like a virgin... (fotogalería)
Like a virgin... (fotogalería)
La virginidad...¿por qué para un género es una losa de la que librarse y para otro un tesoro que guardar? ¿para qué sirve? y lo más importante...¿de verdad existe?
Silvia De las Heras
En la Comunidad de Madrid, cada año se reconstruyen el himen unas 500 mujeres, en su mayoría por motivos culturales. Pese a estar en el Siglo XXI, parece que esta arcaica concepción de la sexualidad sigue muy presente en la sociedad, pero ¿de dónde viene y qué significa?
Un poco de contexto
El descubrimiento del himen se lo debemos al anatomista Andreas Vesalius (1914-1964), por suerte o por desgracia para la mujer, Vesalius descubrió, tras examinar los cadáveres de una monja y de una joven con malformaciones, la existencia de una membrana que probaba la existencia o no de la virginidad.
Sin embargo, hoy en día sabemos que la utilidad del himen para conocer si una persona ha tenido relaciones sexuales con penetración es un mito. En primer lugar, al igual que ocurre con las muelas del juicio, el himen no se llega a desarrollar en todos los cuerpos. Por otra parte, su rotura se puede deber a múltiples factores que no tienen nada que ver con el sexo. Es más, prácticamente, es imposible averiguar si una persona ha mantenido relaciones sexuales con penetración examinando su himen, especialmente ahora que existen las reconstrucciones de este. El sangrado que se produce durante las primeras relaciones sexuales, se debe, en su mayoría, a la contracción de los músculos vaginales y a la falta de lubricación (algo que no estaría de más preguntarse es ¿por qué las mujeres tienen asumido que van a sentir dolor en su primera penetración y no la van a disfrutar tanto como su pareja del sexo opuesto?).
Un viejo enemigo
La virginidad siempre ha supuesto un dilema para ambos sexos, mientras que los hombres deben perderla cuanto antes para mantener unas expectativas de virilidad, las mujeres deben hacerlo en el momento exacto para no ser consideradas como libertinas por su precocidad o como frígidas por su demora. Mientras que en muchas culturas, la virginidad de la mujer es un atributo privilegiado (y necesario en ocasiones), la del hombre ni se plantea.
Al igual que ocurre con muchas tradiciones y normas morales, la virginidad pudo haber tenido su utilidad (o su razón de ser, al menos) en tiempo pasados, en los que, debido a la falta de métodos anticonceptivos, la castidad era la única forma de evitar un embarazo antes del matrimonio. Del mismo modo, la pureza de la mujer, era la forma que tenía la realeza de asegurarse de que no dejaba su linaje en manos de un hijo ilegítimo sin "sangre real".
No obstante, con la llegada de los anticonceptivos, la virginidad sigue siendo un tema controversial hoy en día y se basa en una concepción del sexo muy reduccionista y heteronormativa.
La virginidad son los padres
Debemos plantearnos ¿qué consideramos una relación sexual y qué no? El sexo oral, como su propio nombre indica, es sexo, pero al no haber penetración ¿solo perdería la virginidad la persona a la que se lo han practicado? ¿la persona que lo realiza también? ¿los dos? ¿ninguno?
Lo mismo ocurre con las personas que nunca han tenido relaciones con parejas con genitales masculinos ¿una chica lesbiana está condenada a ser virgen por siempre? ¿y una chica heterosexual que es pareja de un chico trans?
Al final, la virginidad no es más que otro de los muchos tabúes que flotan alrededor del sexo y que ya es hora de que rompamos. Lo importante no es que conserves tu virginidad ni que la pierdas cuanto antes, si no que en tu primera relación sexual te sientas cómoda y que no se convierta en una experiencia traumática.
En resumen, ten sexo, o no lo tengas; pero decidas lo que decidas, hazlo bajo tu criterio y con la persona con la que te apetezca, no por presión social ni por normas morales.