"Estoy hasta el coño y necesito contarlo"
Entrevistamos a Vanessa G. Medina, directora del proyecto Hasta el coño. Con más de 33.000 seguidores en su cuenta de instagram, Hasta el coño se ha convertido en un espacio de reivindicación feminista que propone debates necesarios y cuestiona la sociedad patriarcal en la que vivimos.
Sara Silvar
Los temas que trata Hasta el coño son tan polémicos que llegan a acumular más de 6.000 comentarios en una sola publicación. Podemos encontrar noticias de actualidad, encuestas, reflexiones personales, anécdotas, debates y hasta sorteos, todo ello con un cuidado diseño.
-¿Qué significa 'Hasta el coño' y cómo surge este proyecto?
La verdad que "Hasta el coño" es una expresión que tengo siempre en la boca. Soy bastante palabrotera, pero siempre me ha enervado escuchar a la gente llenándose la boca y diciendo "Hasta la polla", incluso las personas que no tienen polla, así que siempre he sido muy pro de reivindicar nuestro coño, que para eso lo tenemos y bastante ha sido ignorado ya. Pero el proyecto en un principio no surgió por eso, sino por un día de ascazo total hacia la sociedad machista, los violadores, el acoso sexual y todos estos problemas del patriarcado con los que convivimos. Fue hace casi un año cuando apareció asesinada Laura Luelmo. Ese día, después de oír algunos comentarios sobre el caso dije: "Estoy hasta el coño y necesito contarlo" y así subí mi primer post.
-¿Cómo consigues hacer reivindicación con humor a través de instagram?
La verdad es que en ningún momento pensé crear esto con un fin humorístico, pero si algo me encanta de este proyecto es que es totalmente mío y puedo hacer lo que me salga del coño con él. Yo trabajo de Community Manager para otras marcas y, aunque me encanta mi trabajo, a veces siento la frustración de no poder hacer algunas cosas por el tono y estilo de las marcas, así que cuando llego a mi cuenta de @hastaelco__ me siento libre para hacer todo lo que se me ocurre, y si un día se me ocurre algo más humorístico, pues lo pongo y a ver qué pasa. Creo que ahí está un poco el secreto de que haya triunfado: mezclo las preocupaciones del feminismo contadas de una manera seria y reivindicativa con otros momentos de humor con los que muchas se sienten identificadas.
-La palabra coño, esa gran palabra... ¿Has tenido problemas de censura o similares por usarla? ¿Por qué es importante que hablemos de nuestros coños?
Pues el primer problema de "censura" fue el mismo momento en el que me creé la cuenta y me di cuenta de que en el usuario de Instagram no se puede escribir la ñ de coño!! De ahí que el usuario se llame @hastaelco__ A partir de ahí los problemas ya han sido con la plataforma de Instagram al intentar hacer algunas cosillas. Por ejemplo, no me deja promocionar las publicaciones que pone "hasta el coño" y tampoco pude hacer un filtro en el que salía la frasecita.
En un momento me planteé cambiarlo y decir "hasta el moño", pero la verdad es que no me gusta tanto. Además, como dices, creo que es importante que hablemos de nuestros coños sin tapujos. De nuestra vulva, de la vagina, del clítoris. De todo. Hasta hace muy poco estos temas han sido prácticamente tabú. Nos sorprendería conocer la de gente que no tiene ni idea de dónde está el clítoris ni para que sirve, mucha gente no sabe ni dibujar una vulva. Sin embargo de penes todo el mundo habla, desde pequeños se dibujan penes en la mesa del colegio y de mayores te lo enseñan como si fueran un trofeo.
-En varios de tus post hablas del patriarcado y de la justicia patriarcal, ¿por qué has decidido compartir tu visión sobre el tema? ¿Has recibido comentarios o mensajes negativos por posicionarte en redes?
Abrí la cuenta fue para desahogarme contra el patriarcado y esta mierda de sociedad que pone en duda a la víctima de una violación. Me asombra mucho ver el odio que hay hacia el feminismo y hacia todo lo que se defiende, así que creo que es muy bueno que haya voces que visibilicen el tema y pongan algunas cuestiones sobre la mesa. Comentarios negativos recibo todos los días. Al principio sí que me molestaba, porque hasta me amenazaron por privado y decidí que el perfil fuera anónimo, pero llegó un momento que empecé a pasar bastante. A veces les respondo si veo que son comentarios constructivos, otras me río de ellos y otras paso.
-¿Crees que realmente vivimos en una época de liberación sexual?
Pues sí y no. Seguramente ahora estemos mucho mejor que en otros tiempos pero hay tantas cosas que aún nos quedan y que estamos haciendo mal. El tema de que Instagram censure nuestros pezones es uno de ellos: ¿por qué esa obsesión siempre con seguir sexualizando el cuerpo de la mujer? Por otro la do, también veo que faltan cosas en el terreno de la educación sexual.
-¿Consideras que deberíamos educar a nuestros pequeños en educación sexual? ¿Por qué?
Totalmente. Últimamente se habla mucho de cultura de la violación, de acceso de los menores al porno machista y todo lo que ello puede suponer con el tiempo en la mente de un chaval. Y creo que es totalmente cierto: que el primer contacto de un niño de 13 años con el sexo sea un vídeo porno en el que un tio se corre en la cara de una tía sin pedirle permiso no me parece nada bueno. Y hablo pensando también en la de tíos que me he encontrado y que me han contado que ven normales esas cosas. Y también en la de amigas que no han hablado de masturbación hasta ser bien mayorcitas, por vergüenza o por desconocimiento.
-Por último y a raíz de la fama que está teniendo el Satisfyer, ¿cómo podemos hacer que la masturbación femenina deje de ser un tabú o un tema objeto de chiste?
La verdad que no creo que sea un tema objeto de chiste. En todo caso, como decía antes, me parece más un tema del que muchas se han avergonzado siempre. La revolución de Satisfyer ha hecho que se hable de la masturbación femenina, que todo el mundo vea que es algo normal y que incluso muchas se planteen querer salir de su rutina y probar con uno. Todas las modas masivas me horrorizan, pero en este caso me alegro cada vez que veo miles de comentarios pidiendo un Satisfyer en los tropecientos sorteos que se hacen en Instagram.